martes, 28 de junio de 2011

19:24

Recién vuelvo de mi clase de piano a la cual llegué tarde porque vino mi tía y le hice la merienda, a ella y a mi hermana. Prepare unos panqueques con dulce de leche y frutillas, té, café, jugo de naranja exprimido, todo increíblemente rico, y entre la conmoción de azúcar y las historias de mi tía que me dejaron un poco distraída, me había olvidado de que tenia clase. Por suerte me llamaron a las 18:15 y como vivo a la vuelta del lugar llegue para no perderme la clase. Las necesito, necesito ir a piano, tocarlo aunque sea diez minutos, absorber los conocimientos que me pasa mi profesor y sentir los temas que interpretamos. Todavía no terminamos con Comptine no 1 de Yann Tiersen, pero para la próxima clase vamos a hacer algo de Bach, ya me dijo. Estoy esperando con ansias esa clase. 

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